La situación estética es el resultado de la relación que se produce entre el objeto bello y el sujeto que la contempla.
hay una situación estética solo cuando se puede contemplar un objeto estético.
Los dos términos de esta relación concreta, singular, constituyen una totalidad o estructura peculiar que llamaremos situación estética. Como en toda estructura, sus elementos, así como la totalidad de que forman parte, solo existen en su unidad y dependencia de que forman parte, solo existen en su unidad y dependencia mutuas.Para que un objeto exista estéticamente, es preciso que se relacione con un sujeto concreto, singular, que lo usa, consume o contempla de acuerdo con su naturaleza propia: estética. Por consiguiente, mientras no es consumido o contemplado, solo es estético potencialmente. El sujeto, a su vez, solo se comporta estéticamente cuando entra en la relación adecuada con su objeto. El objeto necesita del sujeto para existir, de la misma manera que el sujeto necesita del objeto para encontrarse en un estado estético. La situación estética se halla condicionada por diversos factores. Podemos hablar de factores objetivos cuando han de darse necesariamente en el objeto para que el sujeto pueda entablar una relación estética con él, y de factores subjetivos cuando constituyen condiciones necesarias para que el sujeto pueda entrar en esa relación con el objeto correspondiente.
En la Estética de lo feo, Rosenkranz clasifica la fealdad en sus diferentes acepciones.
En cierto modo, lo que Rosenkranz se propone, es realizar una serie de clasificaciones en pro del artista,para que sepa que temas pueden hacerlo caer en la fealdad. Y aunque asume, que pocos son los que se interesarían por representar lo feo, lo cierto, es que como valor estético tiene su razón de ser.
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Arte popular un objeto tipico o un sujeto atipico from Luis Acosta
Ejercicios:
El pensamiento estético en tanto que concepción de verdadera entidad extensa y relevante es, a mi juicio, invención pitagórica. Si se quiere buscar un concepto fundamental capaz de dirimir el centro del saber estético en tanto que constructo al igual que como experiencia, visto todo ello con sentido histórico y longitud de mira, ese concepto pienso que es el de Harmonía. Y desde este punto se puede empezar a hablar de dos aspectos decisivos; uno restringidamente para la propia demarcación estética y otro mucho más general, que considero ha determinado, o se encuentra en el principio de, la marcha dialéctica o el estigma de la escisión del pensamiento occidental. Mediante el aspecto restringido me refiero al carácter inaprehensible, labil, misterioso del objeto y del saber estéticos. Éstos pertenecen en principio al mundo originario de los grandes magos, de la religión, del lenguaje y el arte, y permanecerán nimbados por un fulgor inaprehensible. A mi modo de ver, la teoría de las proporciones asumida en la Grecia antigua y clasicistamente perpetuada como teoría de la belleza, esto es como la llamada gran teoría, no es sino el intento cuantitivista, positivista, de controlar el objeto; un objeto que escapa por principio a la univocidad matemática y quiso ser domeñado por una práctica ética, la misma que sobrepuso a Orfeo frente a Dionisos, el sentido de la vista sobre el del oído... Plotino, en nombre del espíritu, efectuó tempránamente la crítica y la necesaria liquidación de la teoría de la belleza como teoría de las proporciones. La forma plotiniana es la forma que llega a Kant, pero que éste devuelve sola, desde la ciencia del juicio, forma neutra, sin alma.
Ejercicios:
El pensamiento estético en tanto que concepción de verdadera entidad extensa y relevante es, a mi juicio, invención pitagórica. Si se quiere buscar un concepto fundamental capaz de dirimir el centro del saber estético en tanto que constructo al igual que como experiencia, visto todo ello con sentido histórico y longitud de mira, ese concepto pienso que es el de Harmonía. Y desde este punto se puede empezar a hablar de dos aspectos decisivos; uno restringidamente para la propia demarcación estética y otro mucho más general, que considero ha determinado, o se encuentra en el principio de, la marcha dialéctica o el estigma de la escisión del pensamiento occidental. Mediante el aspecto restringido me refiero al carácter inaprehensible, labil, misterioso del objeto y del saber estéticos. Éstos pertenecen en principio al mundo originario de los grandes magos, de la religión, del lenguaje y el arte, y permanecerán nimbados por un fulgor inaprehensible. A mi modo de ver, la teoría de las proporciones asumida en la Grecia antigua y clasicistamente perpetuada como teoría de la belleza, esto es como la llamada gran teoría, no es sino el intento cuantitivista, positivista, de controlar el objeto; un objeto que escapa por principio a la univocidad matemática y quiso ser domeñado por una práctica ética, la misma que sobrepuso a Orfeo frente a Dionisos, el sentido de la vista sobre el del oído... Plotino, en nombre del espíritu, efectuó tempránamente la crítica y la necesaria liquidación de la teoría de la belleza como teoría de las proporciones. La forma plotiniana es la forma que llega a Kant, pero que éste devuelve sola, desde la ciencia del juicio, forma neutra, sin alma.
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